La iniciativa, además de atender a una necesidad humanitaria, tiene una gran carga política. Andrés, que ya ha tenido varios encontronazos con Donald Trump –además de un sonado juicio– ha decido instalar sus cocinas a escasos metros de la Casa Blanca y el Capitolio. El cocinero insiste, no obstante, en que la campaña no se diferencia apenas de las que ha llevado a cabo en Puerto Rico, California o Guatemala para paliar la falta de recursos tras sendos desastres naturales, inciativas que le han llevado a ser nominado para recibir el Nobel de la Paz.

“Creo que es una emergencia”, ha asegurado el cocinero en declaraciones a The Washington Post . “Creo que estas personas van a estar sufriendo, y somos una organización de ayuda alimentaria”.

En busca de un acuerdo

Andrés no evita, en cualquier caso, cargar contra la actitud del presidente y presionar para que finalice el cierre gubernamental. “Espero que sea una llamada a la acción para nuestros senadores y congresistas, y especialmente para el presidente Trump, para asegurarnos de que terminemos este momento en la historia de América, donde las familias están a punto de pasar hambre”, explica Andrés en el vídeo en el que ha anunciado la iniciativa. “Siempre debemos unirnos como personas, como estadounidenses, sin distinciones de partido, republicanos y demócratas”.

No han faltado las críticas al cocinero de origen asturiano, al que algunos acusan de querer hacer política ayudando a vecinos de Washington que, en realidad, no están tan necesitados. Pero el cocinero insiste en que la campaña solo quiere que los políticos lleguen a un acuerdo por el bien común, y tratará de que los líderes no utilicen la iniciativa a su favor.

Como ha explicado Andrés al Post , World Central Kitchen aceptará con gusto a cualquier político que quiera ser voluntario en la cocina temporal, pero solo si trae consigo a alguien de otro partido. La otra persona debe ser alguien “que no piense como ellos”, enfatizó Andrés.

Imágenes - World Central Kitchen